martes, 21 de octubre de 2014

Incidente con el conductor más gilipollas de Zaragoza



Zaragoza, 21 de octubre de 2014.

Hoy, a eso de las nueve de la noche, me he incorporado con una bizi a San Juan Bosco, en dirección Vía Hispanidad, a la altura del Clínico. Cuando llevaba recorridos unos metros, estando situado en el centro del carril central (tal y como me correspondía, pues el derecho obligaba a girar y no era ésa mi intención), he sido adelantado por una furgoneta blanca dejando una separación de menos de un palmo, he sentido hasta el aire desplazado por el vehículo. Debo reconocer que he reaccionado de manera bastante temperamental, pues he levantado el brazo y he gritado “¡Eh, gilipollas!”.

miércoles, 2 de julio de 2014

La paradoja da la Ley de Joule

Siento no haber publicado nada estas últimas semanas, he estado de exámenes y he dedicado a ellos casi todo mi tiempo.

Hoy, voy a hablaros de un curioso fenómeno eléctrico. Cómo algo parece muy fácil, se vuelve difícil al pensarlo detenidamente y se hace sencillo al resolverlo. Se trata de la potencia disipada por una resistencia eléctrica (como cualquier estufa eléctrica que tengáis por casa o la resistencia de un secador de pelo, por ejemplo). Hablaré, como aparato general, de un calefactor eléctrico.



Un calefactor eléctrico es algo tan sencillo como una resistencia eléctrica conectada a una fuente de alimentación.
Menos sencillo es saber cuál es la resistencia más adecuada para el correcto funcionamiento de un calefactor.
Intuitivamente, se puede pensar que a mayor resistencia, mayor disipación de calor y, por lo tanto, mayor potencia calorífica suministrará la resistencia en cuestión (la potencia calorífica suministrada es igual a la potencia eléctrica consumida). A priori, esta deducción se puede sustentar en la Ley de Joule:

Sin embargo, otro correcto desarrollo de dicha ley sugiere justamente lo contrario:
Esta paradoja es fácil de resolver, en realidad V e I también dependen de R, por tanto no se puede asegurar (sin un desarrollo más completo) que la potencia dependa directa o indirectamente de la resistencia.
En realidad, la potencia disipada por la resistencia (PR) depende de la caída de tensión que hay en dicha resistencia y no de la tensión entre bornes del circuito completo. De esta manera se tiene que:

La caída de tensión en la resistencia no es igual a la caída de tensión total del circuito, pues hay que tener en cuenta también la resistencia de los cables, a la que llamaremos RC. Así:
 
La intensidad que circule por el circuito será:

De esta manera, se tiene que la potencia de la resistencia será:
 
Otro aspecto importante es conocer la potencia que se consumirá en los cables (PC), pues se debe evitar que sufran altas temperaturas. Haciendo una analogía de la expresión anterior, nos queda:

Y la potencia total consumida (P) será: 
Como ejemplo, si asignamos a los cables una resistencia total de 0,06 Ω (10 metros de cable de cobre de 2 mm de diámetro), para una tensión entre bornes del circuito de 230 V (tensión de suministro en los hogares), la siguiente tabla muestra las potencias en función de la resistencia:
V (V)
RC (Ω)
R (Ω)
PR (W)
PC (W)
P (W)
230
0,06
0,01
107 959,2
647 755,1
755 714,3
230
0,06
0,04
211 600,0
317 400,0
529 000,0
230
0,06
0,20
156 508,9
46 952,7
203 461,5
230
0,06
1,00
47 080,8
2824,8
49 905,7
230
0,06
5,00
10 330,6
124,0
10 454,5
230
0,06
20,00
2629,2
7,9
2637,1
230
0,06
100,00
528,4
0,3
528,7
230
0,06
400,00
132,2
0,0
132,2
230
0,06
2000,00
26,4
0,0
26,4
230
0,06
8000,00
6,6
0,0
6,6

Derivando la expresión anterior, se obtiene que la potencia consumida por la resistencia alcanza su máximo para R=RC. Sin embargo, a ese valor de resistencia, la potencia consumida en los cables sería igual a la potencia consumida en la resistencia, por lo que el funcionamiento del calefactor se vería comprometido (se quemarían los cables, que no están diseñados para generar calor).
El valor de la resistencia debe ser tal que la potencia consumida en los cables sea despreciable, manteniendo una alta potencia consumida en la resistencia. Un valor aceptable de resistencia estaría entre 20 y 400 Ω. Disminuyendo la resistencia de los cables, esto es, utilizando cables de mayor diámetro, se podrían instalar resistencias menores sin comprometer el funcionamiento del calefactor, aumentando así la capacidad de consumir potencia.
La regulación de potencia en un calefactor eléctrico se puede realizar conectando más o menos resistencias en paralelo accionando el mando del aparato. Si se conectan en paralelo n resistencias iguales, la resistencia equivalente (las resistencias se comportan como una sola) sería de 1/n el valor de las resistencias originales.
También se puede acoplar al equipo un termostato bimetálico para que se corte la corriente al alcanzar la temperatura deseada (y se apague el calefactor). Esto puede servir como medida de seguridad para evitar que se quemen las resistencias al alcanzar temperaturas demasiado elevadas.
Las aplicaciones de un calefactor eléctrico van desde una estufa eléctrica (de las que se usan en los hogares) hasta un horno industrial, pasando por una placa vitrocerámica de una cocina o un secador de pelo.

jueves, 29 de mayo de 2014

¿Podemos? Sí (desmontando falacias)

El partido de reciente creación, Podemos, fue el gran triunfador de las pasadas elecciones al Parlamento Europeo en España. Podemos logró traer a la izquierda política a un sector de la población al que no pudieron atraer Izquierda Unida u otros partidos.
La izquierda (entiéndase a la izquierda del PSOE) ha sumado el 26 % de los votos, algo inédito.








Tabla hecha con el recuento al 99 %, puede haber pequeñas variaciones en el total de votos y en las centésimas de los porcentajes.

Ante semejante escenario, el poder ha comenzado a atacar e (intentar) desprestigiar a la nueva amenaza para los que mandan. A través de los medios de comunicación, ha empezado una carrera por

martes, 20 de mayo de 2014

Si quieres algo diferente, haz algo diferente

Se acercan las elecciones al Parlamento Europeo bajo un clima de desapego y hartazgo hacia la política. Esto contrasta con el renovado papel que va a tener la Eurocámara esta legislatura. Por primera vez, será el parlamento quien elija al presidente de la Comisión Europea (cargo que ocupa actualmente Durão Barroso). Cabe recordar que la Comisión Europea (y más concretamente su presidente) es una de las patas de la troika.
Como dice el título de esta entrada, si quieres algo diferente, haz algo diferente.
De nada sirve quejarnos de la clase política y de los partidos corruptos si luego seguimos votando a los mismos que nos han llevado hasta aquí.
Lo primero es entender que

miércoles, 7 de mayo de 2014

La sentencia de la vergüenza

Hace unos días, el Tribunal Supremo ratificó la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Aragón que prohibía la circulación de bicicletas por cualquier acera; sin importar su anchura, el tráfico peatonal que soporta o la existencia de alternativas para los ciclistas. También se prohibía expresamente la circulación de bicis en los parques.

Desgraciadamente, esta sentencia tiene más apoyo popular del que sería deseable en una sociedad que apueste por la movilidad sostenible y los hábitos saludables. Ante esto, aquí voy a tratar de explicar quiénes son los que apoyan tal sentencia y romper los tópicos que esas personas disparan a discreción contra el colectivo ciclista.

martes, 22 de abril de 2014

A la luz de una sonrisa

¿Sabéis que día es hoy? 22 de abril.
Para la mayoría de vosotros no significará nada, absolutamente nada, pero para los que escuchamos Gritando en Silencio es una fecha especial.
Dos discos, veintiocho canciones y una fecha. Una única fecha en su (por el momento) corta discografía, ésta aparece en la canción "A la luz de una sonrisa" y es, como ya supondréis, el 22 de abril.
Esta fecha no tiene ningún significado particular, al menos que yo sepa, pero el hecho de ser única hace del 22 de abril el Día de Gritando en Silencio.

Gritando en Silencio es una banda de lo que a mí me gusta denominar rock suave. Un rock con un sonido muy limpio, en el que la voz tiene un papel protagonista sin relegar a un segundo plano a la parte instrumental.
También se caracterizan por abanderar la libre descarga de música (ellos mismos cuelgan sus discos en la web del grupo), el comercio justo (en la ropa oficial de la banda) y la banca ética (donde almacenan los ahorros del grupo).
Escuchando a este magnífico grupo encontramos letras muy trabajadas y una música que encaja perfectamente con ellas.
Hay letras con claros mensajes, como pueden ser las de las canciones "Allí estaremos" o "Luz que entras". También las hay con su parte crítica, como en "Mírame desnudo", "Mereció la pensa" o "Miedo".

Sin embargo, hoy quiero dejaros una canción diferente, una canción para coger fuerza, para dedicarla a quien queremos:
 
A la luz de una sonrisa


Despierto con pocas ganas,
como expulsado del cielo,
y crujiéndome los dedos
he empezado a escribir.

Despunto el lapicero
a la vez que el desconsuelo,
pero reconozco la fecha:
hoy es 22 de abril.

Nunca sobran las canciones
y siempre tengo algo que decir,
pero ella merece más una letra
que las calles de Madrid.

Porque hace ya dos años me quiere a quemarropa
con la inocencia de un niño con su primera copa.
Pierdo la estridencia, vivo sin motivos,
aprendo a tener paciencia y escribo.

Miro el fondo del café
y me acuerdo de fumar,
y entre el humo del cigarro
palidece mi ansiedad.

Mientras duermes yo te escribo,
a ratos me giro hacia atrás
a observarte con los ojos
que un preso ve su libertad.

Porque no hay guerras civiles si echamos el pestillo
y, aunque siga siendo cutre, el mundo ya no es un ladrillo.
Setecientos treinta y tantos días de tu sonrisa
haciendo que la vida no sea papel de lija.

Por fuera hay que ser duro, como el asfalto,
la piel igual de fría que si fuéramos lagartos.
La vida siempre va a destiempo
como el riff de esta canción.
Por eso miénteme y dime que nos veremos,
tan sólo unas horas y ya te hecho de menos.
Me columpio con la esperanza
de que mañana sea mejor.

Porque si el diablo pasa jocoso y ladino
con la citara vieja, la que compone el destino,
no me queda otra defensa, por favor,
por favor...

Por favor, cuéntale que la miro
como no miro a ninguna.
Y que no voy a darme un respiro
mientras no mire la luna.
Y que más de cien soles no curten mi pecho,
que de su mirada es lo que estoy hecho.
Sonrisa fugazmente y de malos momentos,
con ella soy el príncipe de su cuento.

Por fuera hay que ser duro, como el asfalto,
la piel igual de fría que si fuéramos lagartos.
La vida siempre va a destiempo
como el riff de esta canción.
Por eso miénteme y dime que nos veremos,
tan sólo unas horas y ya te hecho de menos.
Me columpio con la esperanza
de que mañana sea mejor.

Porque si el diablo pasa jocoso y ladino
con la cítara vieja, la que compone el destino,
no me queda otra defensa

que la del tú y el yo.

martes, 8 de abril de 2014

El Rey del Invierno

¿No os encanta el tiempo que está haciendo estos días? Parece que, tras un largo invierno, ha llegado el calor. Esperemos que sea para quedarse.




El Rey del Invierno

A todos nos llega ese día en el que sentimos el verano. No un recuerdo lejano que añorar; sino que, aun sabiendo la distancia que nos separa, sentimos su presencia. Aquel día en el que encuentras un oasis entre los últimos coletazos del invierno.
Vas caminando por la acera cuando el Sol se cuela entre los árboles, te calienta el cuerpo y te das cuenta de que te sobra el abrigo. Te lo desabrochas y sólo la incomodidad de llevarlo en la mano te impide quitártelo. La operación se repite cuando lo que sobra es la chaqueta,  pues hace ya días que dejaste la cazadora.
Ahora, cuando ya agoniza, el invierno se vuelve aún más peligroso. Primero te deja soñar con el buen tiempo, recordar la última vez que lo viviste: el último verano con sus vacaciones, sus cálidas tardes, sus noches interminables, sus inexistentes mañanas. Ocurre entonces que, una vez estás inmerso en tu fantasía, te golpea, reúne todas sus fuerzas y te derrumba. Caes al suelo, tu moral se hunde, te lo habías creído, subiste muy alto y la caída ha sido demasiado dolorosa.
Pero, tras varios intentos de levantarte en los que el frío te vuelve a tirar, llega su ocaso, ese día en el que dices hasta aquí hemos llegado. El invierno acaba, sabes que no volverá, quizás el tiempo vuelva a empeorar, pero no volverás a pasar frío.
Al final, el aire acaricia tu cara sin otorgarle la típica sensación fría del período invernal. El cálido cosquilleo en tu garganta al descubierto te llena de placer, te sientes lleno de energía y vitalidad, te crees el Rey del Invierno.