Confieso que soy un desgraciado, sí, es justamente eso, sufro por mi Real Zaragoza. Alguno se reirá, muchos se compadecerán, y otros, me darán ánimos. Cuando me encuentro con otro zaragocista, soy del tercer grupo, del de dar ánimos. No esperaba que la primera dosis de esperanza zaragocista de la temporada tuviera que llegar tan pronto, tras la 2ª jornada de liga, pero ahí va:
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