Para la mayoría de vosotros no significará nada, absolutamente nada, pero para los que escuchamos Gritando en Silencio es una fecha especial.
Dos discos, veintiocho canciones y una fecha. Una única fecha en su (por el momento) corta discografía, ésta aparece en la canción "A la luz de una sonrisa" y es, como ya supondréis, el 22 de abril.
Esta fecha no tiene ningún significado particular, al menos que yo sepa, pero el hecho de ser única hace del 22 de abril el Día de Gritando en Silencio.
Gritando en Silencio es una banda de lo que a mí me gusta denominar rock suave. Un rock con un sonido muy limpio, en el que la voz tiene un papel protagonista sin relegar a un segundo plano a la parte instrumental.
También se caracterizan por abanderar la libre descarga de música (ellos mismos cuelgan sus discos en la web del grupo), el comercio justo (en la ropa oficial de la banda) y la banca ética (donde almacenan los ahorros del grupo).
Escuchando a este magnífico grupo encontramos letras muy trabajadas y una música que encaja perfectamente con ellas.
Hay letras con claros mensajes, como pueden ser las de las canciones "Allí estaremos" o "Luz que entras". También las hay con su parte crítica, como en "Mírame desnudo", "Mereció la pensa" o "Miedo".
Sin embargo, hoy quiero dejaros una canción diferente, una canción para coger fuerza, para dedicarla a quien queremos:
A la luz de una sonrisa
Despierto con pocas ganas,
como expulsado del cielo,
y crujiéndome los dedos
he empezado a escribir.
Despunto el lapicero
a la vez que el desconsuelo,
pero reconozco la fecha:
hoy es 22 de abril.
Nunca sobran las canciones
y siempre tengo algo que decir,
pero ella merece más una letra
que las calles de Madrid.
Porque hace ya dos años me quiere a quemarropa
con la inocencia de un niño con su primera copa.
Pierdo la estridencia, vivo sin motivos,
aprendo a tener paciencia y escribo.
Miro el fondo del café
y me acuerdo de fumar,
y entre el humo del cigarro
palidece mi ansiedad.
Mientras duermes yo te escribo,
a ratos me giro hacia atrás
a observarte con los ojos
que un preso ve su libertad.
Porque no hay guerras civiles si echamos el pestillo
y, aunque siga siendo cutre, el mundo ya no es un ladrillo.
Setecientos treinta y tantos días de tu sonrisa
haciendo que la vida no sea papel de lija.
Por fuera hay que ser duro, como el asfalto,
la piel igual de fría que si fuéramos lagartos.
La vida siempre va a destiempo
como el riff de esta canción.
Por eso miénteme y dime que nos veremos,
tan sólo unas horas y ya te hecho de menos.
Me columpio con la esperanza
de que mañana sea mejor.
Porque si el diablo pasa jocoso y ladino
con la citara vieja, la que compone el destino,
no me queda otra defensa, por favor,
por favor...
Por favor, cuéntale que la miro
como no miro a ninguna.
Y que no voy a darme un respiro
mientras no mire la luna.
Y que más de cien soles no curten mi pecho,
que de su mirada es lo que estoy hecho.
Sonrisa fugazmente y de malos momentos,
con ella soy el príncipe de su cuento.
Por fuera hay que ser duro, como el asfalto,
la piel igual de fría que si fuéramos lagartos.
La vida siempre va a destiempo
como el riff de esta canción.
Por eso miénteme y dime que nos veremos,
tan sólo unas horas y ya te hecho de menos.
Me columpio con la esperanza
de que mañana sea mejor.
Porque si el diablo pasa jocoso y ladino
con la cítara vieja, la que compone el destino,
no me queda otra defensa
que la del tú y el yo.