miércoles, 2 de julio de 2014

La paradoja da la Ley de Joule

Siento no haber publicado nada estas últimas semanas, he estado de exámenes y he dedicado a ellos casi todo mi tiempo.

Hoy, voy a hablaros de un curioso fenómeno eléctrico. Cómo algo parece muy fácil, se vuelve difícil al pensarlo detenidamente y se hace sencillo al resolverlo. Se trata de la potencia disipada por una resistencia eléctrica (como cualquier estufa eléctrica que tengáis por casa o la resistencia de un secador de pelo, por ejemplo). Hablaré, como aparato general, de un calefactor eléctrico.



Un calefactor eléctrico es algo tan sencillo como una resistencia eléctrica conectada a una fuente de alimentación.
Menos sencillo es saber cuál es la resistencia más adecuada para el correcto funcionamiento de un calefactor.
Intuitivamente, se puede pensar que a mayor resistencia, mayor disipación de calor y, por lo tanto, mayor potencia calorífica suministrará la resistencia en cuestión (la potencia calorífica suministrada es igual a la potencia eléctrica consumida). A priori, esta deducción se puede sustentar en la Ley de Joule:

Sin embargo, otro correcto desarrollo de dicha ley sugiere justamente lo contrario:
Esta paradoja es fácil de resolver, en realidad V e I también dependen de R, por tanto no se puede asegurar (sin un desarrollo más completo) que la potencia dependa directa o indirectamente de la resistencia.
En realidad, la potencia disipada por la resistencia (PR) depende de la caída de tensión que hay en dicha resistencia y no de la tensión entre bornes del circuito completo. De esta manera se tiene que:

La caída de tensión en la resistencia no es igual a la caída de tensión total del circuito, pues hay que tener en cuenta también la resistencia de los cables, a la que llamaremos RC. Así:
 
La intensidad que circule por el circuito será:

De esta manera, se tiene que la potencia de la resistencia será:
 
Otro aspecto importante es conocer la potencia que se consumirá en los cables (PC), pues se debe evitar que sufran altas temperaturas. Haciendo una analogía de la expresión anterior, nos queda:

Y la potencia total consumida (P) será: 
Como ejemplo, si asignamos a los cables una resistencia total de 0,06 Ω (10 metros de cable de cobre de 2 mm de diámetro), para una tensión entre bornes del circuito de 230 V (tensión de suministro en los hogares), la siguiente tabla muestra las potencias en función de la resistencia:
V (V)
RC (Ω)
R (Ω)
PR (W)
PC (W)
P (W)
230
0,06
0,01
107 959,2
647 755,1
755 714,3
230
0,06
0,04
211 600,0
317 400,0
529 000,0
230
0,06
0,20
156 508,9
46 952,7
203 461,5
230
0,06
1,00
47 080,8
2824,8
49 905,7
230
0,06
5,00
10 330,6
124,0
10 454,5
230
0,06
20,00
2629,2
7,9
2637,1
230
0,06
100,00
528,4
0,3
528,7
230
0,06
400,00
132,2
0,0
132,2
230
0,06
2000,00
26,4
0,0
26,4
230
0,06
8000,00
6,6
0,0
6,6

Derivando la expresión anterior, se obtiene que la potencia consumida por la resistencia alcanza su máximo para R=RC. Sin embargo, a ese valor de resistencia, la potencia consumida en los cables sería igual a la potencia consumida en la resistencia, por lo que el funcionamiento del calefactor se vería comprometido (se quemarían los cables, que no están diseñados para generar calor).
El valor de la resistencia debe ser tal que la potencia consumida en los cables sea despreciable, manteniendo una alta potencia consumida en la resistencia. Un valor aceptable de resistencia estaría entre 20 y 400 Ω. Disminuyendo la resistencia de los cables, esto es, utilizando cables de mayor diámetro, se podrían instalar resistencias menores sin comprometer el funcionamiento del calefactor, aumentando así la capacidad de consumir potencia.
La regulación de potencia en un calefactor eléctrico se puede realizar conectando más o menos resistencias en paralelo accionando el mando del aparato. Si se conectan en paralelo n resistencias iguales, la resistencia equivalente (las resistencias se comportan como una sola) sería de 1/n el valor de las resistencias originales.
También se puede acoplar al equipo un termostato bimetálico para que se corte la corriente al alcanzar la temperatura deseada (y se apague el calefactor). Esto puede servir como medida de seguridad para evitar que se quemen las resistencias al alcanzar temperaturas demasiado elevadas.
Las aplicaciones de un calefactor eléctrico van desde una estufa eléctrica (de las que se usan en los hogares) hasta un horno industrial, pasando por una placa vitrocerámica de una cocina o un secador de pelo.